martes, 9 de abril de 2013

EL CUERPO

El cine español no para de demostrar, una y otra vez, que es mucho más de lo que sus detractores piensan ¿Qué opinarán de los continuados taquillazos del cine español? Veánse las últimas de Almodóvar o Alex de la Iglesia ¿Se les está dando más de una lección a las películas norteamericanas?

De la superflua reflexión sobre el cine de “autor” patrio, paso al filme de género, si se le puede llamar así.

“El cuerpo”, con un reparto “estelar” (Belén Rueda, José Coronado, Hugo Silva -por favor, vocalice- y Aura Garrido, entre otros.) nos trae una “increíble” historia de venganza, donde se le oculta al espectador el tema hasta el giro final. Mezcla thriller, drama, suspense, y una puntita de terror (no me la metas Oriol, que dirían sus productores). Además de aires románticos, para una de las películas más “sorprendentes” y de giros más “alucinantes” de los últimos tiempos. Lo de aires románticos supongo que lo digo por las segundas oportunidades que buscan sus protagonistas.

El macguffin: un bonito cadáver desaparecido del depósito. Referencias hitchcockianas, aplausos, “CSI, Las Vegas”, “Sospechosos habituales”… Hagan sus apuestas. Si, en aquella, Bryan Singer renovaba el thriller de los noventa, en ésta, Oriol Paulo lo pasa de vueltas ¿Cuántos policías hacen falta para dar un informe? En mi escena favorita, una de las tantas sobrantes del libreto, el sospechoso se traga un mensaje recuperado de un sucio váter. La versión norteamericana incluiría un chascarrillo del policía de turno o introduciría una publicidad de mentolados. En “El cuerpo”, Oriol no tiene ni humor para reirse de su propio efectismo.

Para colmo la fotografía de Óscar Faura no contrarresta esa puesta en escena tan “americana”, los encuadres más sobrios serían más adecuados al ritmo real de la narración. Porque no se puede tratar de hacer trepidante algo que no lo es. Faura tampoco renuncia a toda la pirotécnia disponible en el mercado para acercar la fotograría de “El cuerpo” a los estándares de Hollywood. Quizá, técnicamente, podría dar el salto al charco, como hicieran antes los maestros Ruíz-Anchía o Aguirresarobe, pero todo lo que consigue aquí, ahondando en los tópicos, es que el depósito de cadáveres, donde la policía retiene contra su voluntad al sospechoso y lo interroga a su manera, parezca de todo menos inquietante.

Me gustaría ser un troll del cine español, pero sólo opino de películas malas, que se hacen a imitación de otras, también malas y hollywoodienses.



(2012)


No hay comentarios:

Publicar un comentario

Blogalaxia Tags: